La Habana, 31 may (PL) Muchos países celebran hoy el Día Mundial Sin Tabaco, una jornada de conciencia contra un producto culpable de siete millones de muertes anuales y de significativas pérdidas económicas y ambientales.
La fecha tiene el propósito de fomentar un período de 24 horas de abstinencia de todas las formas de consumo de tabaco alrededor del orbe.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) instauró esta fecha en 1988 para resaltar los riesgos para la salud asociados al consumo de tabaco y promover políticas eficaces para reducir ese consumo.
El lema del 2017 es: El tabaco, una amenaza para el desarrollo.
Desde el 2000, ese problema aumentó su tasa de mortalidad en tres millones de víctimas y podría provocar hasta mil millones de fallecimientos en todo el planeta a finales del siglo XXI, advirtió la entidad en su último reporte.
Además, actualmente cuesta a hogares y gobiernos más de 14 mil millones de dólares en gastos sanitarios y pérdida de productividad.
Según la OMS, esos productos actualmente son la principal causa evitable de enfermedades no transmisibles y matan a la mitad de sus consumidores.
Para la agencia de las Naciones Unidas, al adoptar medidas firmes contra el tabaco, los gobiernos salvaguardan el futuro de sus países porque protegen a todos los ciudadanos, con independencia de si consumen o no el producto.
En este sentido, Cuba apuesta por luchar contra la exposición al humo del tabaco ajeno, pues ese problema afecta al 54 por ciento de las familias del país, según datos del Ministerio de Salud Pública (Minsap).
La autoridad sanitaria confirmó que de las 10 primeras causas de muerte en la nación, ocho tienen que ver con el consumo de cigarrillos.
Por la alta incidencia de fumadores pasivos, el Minsap en esta fecha desarrolla una campaña para alentar a la población a protegerse de ese mal y cuidar el bienestar de infantes y adolescentes.
En este sentido, el organismo reconoció que la creación de espacios libres de humo es el único medio eficaz y reconocido para protegerlos adecuadamente.
La institución destacó que esta medida favorece la reducción de la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles y su impacto socio económico.
Revertir el impacto del tabaquismo es uno de los grandes retos de Cuba en el marco de las medidas nacionales de la agenda 2030 para el desarrollo Sostenible.
Ese plan aspira a reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles, incluidos los problemas cardiovasculares, el cáncer, y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), vinculadas al tabaquismo.